miércoles, 21 de abril de 2010

Ideologías

Según como puedo apreciarlo, las personas y los grupos que forman pueden ser flexibles y moderados , las ideologías bajo las que se encuadran difícilmente lo son. Es, precisamente, de este carácter absoluto, total, inflexible y simplista (por otra parte presente en gran medida en la misma raíz de la naturaleza de los sistemas ideológicos) que suelen adquirir sus interpretaciones, valoraciones e ideas de donde suelen derivar sus mayores fortalezas y ventajas, pero también sus mayores problemas e incovenientes. En el caso de los seguidores, ello se hace patente, de forma más clara , en el caso de personas de voluntad débil, con una acusada inclinación a entregarse siempre que se les ofrezcan explicaciones, pretextos o principios simples y absolutos, fáciles de entender y aceptar,y se les proporcione una serie recompensas y estímulos evidentes. Todo ello puede otorgar seguridad y traquilidad y crear un orden mental a partir del cual organizar y desarrollar la propia existencia, además de crear una finalidad ( más bien una excusa) hacia la que dirigir la vida. El precio a pagar, a cambio, es la simplicación y encorsetamiento de la realidad, de sus fenómenos y problemas, además de un peligroso estancamiento de la mente del seguidor, y el siempre presente riesgo de caer en el fanatismo y la violencia hacia aquello y aquellos que pongan en cuestión la ideología y, por ende, todos los sistemas y obras creados en torno a ella.

Desde hace mucho, he creído que la autorreflexión, valoración propia y una sana dosis de desconfianza y alejamiento son elementos imprescindibles para aquellas personas que pretender avanzar por la senda del conocimiento y ensachar sus horizontes, creciendo como personas (no es fácil, y el precio a pagar por ello pueder ser muy elevado, por otra parte) y teniendo opiniones e ideas verdaderamente propios. El aferrarnos a nuestras dudas nos permite, siempre que no nos dejemos arrastrar por ellas, mantenernos abiertos al cambio y la adaptación, a poder movernos con el flujo de las cosas y no ser arrastrados o hundidos por ese mismo flujo. Esto , además, ayuda a uno mismo a no dejarse empujar ni ser manipulado por corrientes, personas u organizaciones que hacen que los hombres avancen ciega y furiosamente sin limites ni conciencia sobre las consecuencias y efectos de sus actos, y todo ello por motivos, ambiciones y necesidades mezquinos, miserables y primarios, pertenecientes a seres y grupúsculos concretos pero que no tendrían ningún poder sin nuestro consentimiento y complicidad, ya sea activa o no. Las terribles huellas y cicatrices que ello ha dejado en nuestra historia y en la configuración de nuestro mundo son un testimonio suficientemente elocuente.

1 comentario:

  1. Como dice el dicho "es mas facil desintegrar un atomo que una ideologia"

    Realmente es "...que un prejuicio" pero tambien vale :D

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